jueves, 27 de agosto de 2009

Noche de cuervos

Como todo se había limitado a sentarnos en el sofá frente al televisor y ver una película tras otra (malas, interesantes y buenas), le dije no puedo más hombre es viernes, lo siento, y salí de casa cuando en la noche empezaban a volar los cuervos.
Jordan se quedó, y es que llevarlo a mi horda de amigos, compañeros y enemigos (vulgares, grotescos, patibularios) sería empeorar su caso. Y entonces Luchín me anima para ir de excursión por el Centro o por la Victoria, "Para venir cargados, Halo", me inquieta pero la veo a ella también bebiendo un poco más allá, mirándome a veces de reojo, "anímate Halo", insiste Luchín, pero yo le decía que Cristina esto y que Cristina aquello y de repente empiezo a chillar como un niño y Carlos me ve, estás cagao hombre, me dice, olvídala vaya de excursión y Fredy me empieza a llenar de lapos en la cabeza, mierda no le muestres eso, me grita en el oído mientras el sonido de la música evita que los demás oigan, pero principalmente evita que ella oiga, y Carmen también me ve y camina hacia mí y veo que quiere escupir a Cristina pero lo aguanta y llega a mi lado, estamos ebrios, me arrastra a un rincón, nos empezamos a besar y mientras mi lengua juguetea con la suya, ella balbucea, con la incomodidad que le provoca mi lengua y mis enormes dientes, que me anime y que vaya de excursión con Luchín, que muchos la necesitan, que vaya a la Victoria o al Centro y Luchín de un rincón de la casa me grita ¿Te animaste? y yo vamos hombre.

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