domingo, 30 de agosto de 2009

Ya se lo habían llevado

Desperté muy tarde y me asusté, lo empecé a buscar, temí ya no encontrarlo, no haberme despedido. No lo encontraba y me empecé a preocupar. Luego de un rato, me enteré que ya se lo habían llevado. ¿Por qué no me despertó? ¿Acaso no quería que vea que se lo llevaban a rastras y llorando ¿o acaso inconscientemente yo no quería despertar?
“Es por su bien”, me dijo Dinara cuando le pregunté que por qué le hacían eso. La empecé a pegar con la mirada y ella como que se asustó o se sintió de verdad golpeada y se fue. Fui a mi cuarto, o al cuarto de Jordan, para alistar mis cosas en mi maleta, no era mucho, algo de ropa y otras cosas de aseo personal, y para esperar a que sus papás me llamen para decirme que ya era hora de que me retire de su hogar, que no querían cargar con tal situación.
Toda la mañana se pasó así, yo sentado al borde de la cama leyendo un libro y esperando a que la mamá de Jordan me llame para largarme de la manera más sutil posible. Pero no me llamaron y yo no estaba convencido de querer irme sin que me echaran. Luego del almuerzo que Mechita había preparado, y en donde Dinara y yo no cruzamos palabras porque ambos estábamos ensimismados, me fui a jugar frontón al parque; me fui a tratar de no pensar, solo golpear y golpear la pelota contra la paleta como una máquina programada para ello.
No creo que encerrarlo haya sido lo mejor para él, eso me es seguro, no creo que haya sido la mejor opción y es que no se dan cuenta que el problema es su carácter, su bipolaridad, que en todo caso debería ser tratado con un psicólogo, aunque a estos los detesto. El problema de su conducta nunca fue la marihuana, ella no hace tanto daño y de eso doy prueba, al contrario lo calmaba, se volvía mas sonriente, más cachondo pero van y deciden que lo encierren porque es un fastidio y vete a saber quién lo aguanta, que ya no puedo más, que se vaya, que lo tengan encerrado un tiempo, que así se solucionan estos problemas. A veces los padres empeoran las cosas. Decidí dejar de buscarlo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Previo al encierro

Sin nada de qué preocuparme en la mañana, sin el cotidiano dolor que provoca las noches de excesos, solo algo enajenado y nada más.
Jordan me ve levantarme y de golpe siento su tristeza, me mira con pena, "Qué tal la noche", me dice por decirme algo, pero en su rostro no hay ganas de enterarse de nada, solo estar ahí, mirando sin mirar lo que sea. "Lo de siempre", le digo y le palmoteo el hombro como si eso fuera la solución para quitarle el estado mohíno que lo tiene cogido desde que se enteró lo que harían sus padres.
Mañana me encierran, susurra apenas, casi llorando, pero estése quieto hombre, le digo para animarlo, son solo tres meses, tus viejos se enteraron que fumas y ahora te quieren rehabilitar, no saben que vas a salir peor. Al fin sonríe. "¿Tú crees que me violen?", me pregunta asustado, "¿Te acuerdas del Loco? El solía gritarle a sus papás que lo habían violado y que le arruinaron la vida." No sé que responderle, era verdad, el Loco le gritaba eso a sus padres, pero el Loco estaba loco y nadie podía dar crédito a lo que decía.
—Dónde vas a vivir cuando yo me vaya, porque mis viejos saben que tú también fumas. No te van a aguantar. Cuando regrese no van a querer que tú sigas acá.
—No sé huevón, no me cagues el día. No quiero volver a mi casa, eso es seguro.
Cojo mi casaca y saco los papelitos de cigarrillo. Saco la bolsita donde cargo la marihuana y la empiezo a desmenuzar. Tronquito, pepitas, todo a un lado. Calculo la cantidad y la pongo encima de un papelito. Empiezo a rolar hasta que formo un perfecto canuto. Paso mi lengua por uno de los bordes del papelito y la pego. "Que sea la última", pero él me dice que no quiere, que no puede, que no quiere que lo encierren. Empiezo a fumar y he pasado por esas tentaciones, esas ganas de querer abstenerse ante el olor, pero es casi imposible, me la quita de la mano casi arranchándomela y empieza a darle unas pitadas profundas. Jordan se pone a llorar de nuevo, "No les voy a perdonar esto", grita. Grita y llora.
Dinara abre la puerta y ve a su hermano con el porro en la mano, lo recrimina, pero es en vano, ya ha fumado lo suficiente como para sacarse mucha mierda de encima. Me mira furiosa y se va dando un portazo. "Esa huevona tiene la culpa. Es una chismosa de mierda", vuelve a gritar. No le digo nada porque Dinara siempre es linda, además, hace buen tiempo, que me tiene algo arrecho. El no lo sabe.
Le digo vamos a sacar el carro , hombre, y mientras él me dirige el retroceso me dice a gritos que pare, que por las huevas, que todo siempre sale mal y yo salgo para animarlo pero me doy cuenta de que efectivamente todo estaba saliendo mal: la llanta estaba baja.

jueves, 27 de agosto de 2009

Noche de cuervos

Como todo se había limitado a sentarnos en el sofá frente al televisor y ver una película tras otra (malas, interesantes y buenas), le dije no puedo más hombre es viernes, lo siento, y salí de casa cuando en la noche empezaban a volar los cuervos.
Jordan se quedó, y es que llevarlo a mi horda de amigos, compañeros y enemigos (vulgares, grotescos, patibularios) sería empeorar su caso. Y entonces Luchín me anima para ir de excursión por el Centro o por la Victoria, "Para venir cargados, Halo", me inquieta pero la veo a ella también bebiendo un poco más allá, mirándome a veces de reojo, "anímate Halo", insiste Luchín, pero yo le decía que Cristina esto y que Cristina aquello y de repente empiezo a chillar como un niño y Carlos me ve, estás cagao hombre, me dice, olvídala vaya de excursión y Fredy me empieza a llenar de lapos en la cabeza, mierda no le muestres eso, me grita en el oído mientras el sonido de la música evita que los demás oigan, pero principalmente evita que ella oiga, y Carmen también me ve y camina hacia mí y veo que quiere escupir a Cristina pero lo aguanta y llega a mi lado, estamos ebrios, me arrastra a un rincón, nos empezamos a besar y mientras mi lengua juguetea con la suya, ella balbucea, con la incomodidad que le provoca mi lengua y mis enormes dientes, que me anime y que vaya de excursión con Luchín, que muchos la necesitan, que vaya a la Victoria o al Centro y Luchín de un rincón de la casa me grita ¿Te animaste? y yo vamos hombre.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Aire de extrañeza

La monotonía simplemente me cobijó y no pude desasirme de ella. Intenté, claro, leer pero algo me abrumaba y me llevaba a un sinsentido de extrañeza. "Déjese de pendejadas", me animaba Jordan y prendimos un canuto de hierba (o yerba, como dice él) aprovechando la ausencia de Mechita, su empleada.
Luego estuvimos como con sueño, efectos quizás, y empezamos a carcajear porque nuestras caras de a pocos se iban desconfigurando. "Ponte una película", me dijo y yo presto a hacerle caso y es que algo nos estaba arruinando el día.
Como era de esperarse, en días en que nada sale bien, la película se empezó a estropear y ya no pudimos verla. "Qué maricada con los artefactos", me dijo y yo soltándole cualquier cosa como excusa.
Ni siquiera en la noche la extrañeza abrumadora desapareció, al contrario todo empeoraba conforme las horas iban avanzando hasta el cero cero dos puntos cero cero. Ya para esas horas sus papás habían llegado y no pudimos fumar más. "Dónde vas a dormir", me dijo Jordan. Le dije que con su hermana, entonces volvimos a carcajear pues porque así sucedían las cosas. "Dinara, ven", gritó y su hermana llegó rápido para complicarme las cosas. Me puse rojo de purita ruborización (redundancia) cuando Jordan le decía que yo quería dormir con ella así que me hiciera un espacio. "Locos", nos dijo ella y se fue sonriente y linda como siempre.
"Te quedan pocos días, hombre", le dije y malogré más la noche. "Sí, me quedan pocos días", me dijo y se puso más triste y creo que apagó la luz no para que ya durmiéramos, sino para que él se pusiera a llorar secretamente en la oscuridad.

martes, 25 de agosto de 2009

Aunque te vean

Caminaba por una calle solo; una calle vacía y yo caminaba sin parar y disfrutaba hacerlo sin que alguien advirtiera mi presencia.
Me parecía un mundo perfecto, irreal pero perfecto, y su perfección consistía en que yo podía ir por ahí, libre, sin sentirme mirado y es que precisamente las miradas han sido el azote que ha carcomido mi espíritu. Diría que no es tanto por las personas (en algunos casos sí), sino porque siempre me he sentido mirado peyorativa, vil y burlescamente, quizá sin siquiera ser visto.
Y caminaba así, solo y tranquilo. Hasta que empecé a vislumbrar gente que caminaba hacia mí, eran personas que pasaban por mi lado yendo en dirección contraria. Lo extraño, y esto lo recuerdo perfectamente, era que yo reconocía a todas esas personas, rostros de amigos, familiares, compañeros que alguna vez he conocido y hasta he charlado con ellos. Pero éstas, al pasar por mi lado, parecían no reconocerme y seguían su camino como quien pasa por el lado de un extraño que nunca han visto y que ni siquiera su cara les resulta familiar (acción que nos hace detener ante un extraño).
Fueron muchos rostros conocidos que me desconocían, ni uno solo se detuvo a examinarme, ni siquiera a mirarme. Cuando la vi a ella, a ese ser tan amado que es mi madre, que disponía a pasar por mi lado desperté.

viernes, 21 de agosto de 2009

Poema en nadsat

Uchasño usy, staja sarco
en la chisna, plenio voy en ella,
quizá el quilucho para huir
sea taladrar con una puschca
una yama en el rasudoque
o un nocho cortando mis quischcas
llenas de velocet y de drencrom.
Snufar es un snito sladquino
lubilubar, polear con la naito.

¿Arrebato?

Al parecer lo del otro día fue un error, bueno no me lo dijo así, me dijo que solo fue un arrebato, un pecadillo, un pequeño capricho que quería cometer con mi modesta y lastímera persona. También me dijo que no le podía hacer eso a su enamorado y que volvieramos a estar como antes, solo amigos, no amantes.
La verdad es que bueno, tengo que aceptarlo y pensar lo mismo; pero si otro día quiere cometer un pecadillo, o un arrebato, o un capricho, que me lo diga que yo gustoso aceptaré.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Día lubilubando

Hoy no fui a scolivolar. Fui al domo de una débochca ya que ayer me dijo que iba a estar odinoca en su domo. Sabía que iba para lubilubar con ella. Así fue; llegué y la scvaté y tuvo que sluchar todo. La nagoé y la empecé a morder; primero la guba, después los grudos, que son bien bonitos, los scharros y todo el ploto. Por momentos suave, por momentos scorro, ella empezó a crarcar gronco mientras yo pasaba mi yasicca por todo su ploto. Poleamos toda la mañana, fue chudesño. Mi meselo mersco se cumplía. Ah, poleamos bugato. Gracias Bogo. Ah, su bruco, sus grudos, sus scharros. Oh, bella ninfa, ya meselo volver a lubilubar contigo.

martes, 18 de agosto de 2009

Chepuca

La naito estuvo joroschá, sasmuté bugato toda la naito. Pero llegó el amanecer y me puse medio besuño. Salí de mi cama y me di un doho baño: golová, rota, grudos, nogas, rucas, scharros, yarboclos, es decir me chisté todo el ploto nago y dejé de sentirme mersco porque si no lo hacía me sentiría resrecearnado todo el día.
Fui a scolivolar scorro porque salí tarde de domo. Aun así llegué tarde porque el que yecaba iba muy lento. Sodo, brachno veco. Al salir de la scolivola me fui a la biblio, pero fue solo un malenco tiempo, ya que me aburrí y como no tengo drugos nadsat en la scolivola me aburrí más y me fui de allí para regresar al domo. Mi eme me sirvió una chasna de chai y me dio klebo. Admiro la forma como me mima mi eme, al llegar a domo, soy un cheloveco afortunado. Luego me fui a sasnutar un malenco.